El diseño de un modelo de negocio requiere una combinación de experiencias que a menudo se desarrollan en distintos ámbitos y actividades. Este modelo, además, necesita líderes y equipos con experiencias específicas, competencias en el área del mercado que se quiere intervenir, y una mentalidad global.
Un factor que comparten grandes muchos empresarios es el sentirse cómodos interactuando en un escenario internacional, tratando diariamente con personas de todo el mundo, cruzando fronteras políticas y dando cabida a diversas idiosincrasias.
En otras palabras, comparten una visión cosmopolita del mundo y se sienten cómodos con las diferencias culturales. La competencia intercultural y capacidades para hacer frente a la complejidad e incertidumbre de la economía mundial constituyen la base para desarrollar una visión global de los negocios.
Esta mentalidad global permite operar donde las personas “monoculturales” temen ir. Permite adaptarse sin problemas a las nuevas costumbres y tradiciones y, al mismo tiempo, mantener un firme enfoque en sus propios objetivos y valores.
Los empresarios y equipos que ven la economía mundial como un escenario en el que pueden actuar libremente, pueden hacer cosas que pocos imaginan que sean posibles. Ciertamente, los retos de levantar un emprendimiento local son extraordinarios de afrontar, sin embargo, los retos y las oportunidades ilimitadas comienzan realmente en un entorno internacional.
Las opciones que ofrece la globalización parecen ilimitadas. Para tener éxito con un modelo de negocio global, deben desplegarse competencias interculturales y específicas de la industria y reforzarse con mucha persistencia. A menudo, no es la primera empresa emprendedora la que tiene éxito; pero cada empresa emprendedora es una experiencia que ayuda a la siguiente.
Aquel inversor que apueste por un emprendimiento dinámico o de alto potencial, es uno que tiene una mente abierta al cambio y está dispuesto a brindar productos y servicios de la mejor calidad. Competir en el mercado global implica constante reconocimiento de la competencia, de nuevas oportunidades, tecnologías y avances, de los momentos políticos y económicos que se viven en diferente partes del mundo y de la constante innovación y crecimiento del mercado. Las nuevas empresas que aspiran a crecer de manera rápida, rentable y sostenible, no sólo deben estar enfocadas en su capacidad local, sino en ser jugadores verdaderamente internacionales.
En definitiva, muchos empresarios consideran que sus negocios son globales porque, desde el principio, buscaron mercados fuera de su país de origen. Sin embargo, la búsqueda de mercados del mundo es sólo una de las formas de explotar las oportunidades de una visión global. Las empresas transnacionales van más allá y crean modelos de negocio que exploran y explotan recursos en múltiples países. La esencia de su idea empresarial consiste en identificar, atraer, transformar y aplicar recursos en diferentes países, y poner en práctica su idea desde el primer día para convertirse en una de las estrellas del reñido campo de juego empresarial global.