¿Estamos preparados para una segunda cuarentena?

Por fin pareciera que la normalidad está retomando su curso luego de varias noches en cuarentena. En algunos de los casos, la gente vuelve al trabajo y puede salir para algo más que comprar comida. ¿Qué pasaría si tenemos que pasar otro par de meses sin salir de nuestras casas? ¿Estamos mentalmente preparados para afrontarlo?

Bueno, si vemos los números… La respuesta podría ser que no.

Elinore McCance-Katz, la Subsecretaria de Salud Mental y Uso de Sustancias del Departamento de Salud de los Estados Unidos, dijo que el aumento en el número de suicidios, sobredosis de drogas y abuso doméstico sería amplio, profundo y duradero.

Destacó la creciente preocupación por las cifras cada vez más elevadas que el encierro está provocando en la salud mental del público en general. A ella, y a otros funcionarios y especialistas de la salud, les preocupa la forma en que se deben abordar las posibles nuevas olas de COVID-19.

“Espero que no volvamos a hacer esto. No veo que la ciencia lo respalde”, dijo. “Tenemos que discutir los riesgos frente a los beneficios de tomar cualquier acción, y yo diría que no queremos tomar el mismo enfoque de nuevo”.

El aumento de las llamadas a las líneas de crisis y las predicciones muestran la posibilidad de que se produzcan decenas de miles de suicidios y sobredosis, lo que por supuesto enciende las alarmas.

Otro psicólogo, el Dr. Craig Sawchuk, el jefe de la división de salud conductual integrada de la Clínica Mayo, respaldó esta información en una entrevista. Las cuarentenas sociales tienen un impacto profundamente negativo en la salud mental y pueden llevar a miles de muertes adicionales. Sin embargo, el doctor Sawchuk piensa que un segundo cierre puede ser necesario.

Aunque las comparaciones entre cuarentenas son difíciles debido a la magnitud de su duración, su alcance e intensidad, los cierres más tempranos y de mayor duración mostraron efectos perjudiciales, especialmente en los niños.

Revictimización

Otro grupo aún más vulnerable es el de las víctimas de abuso. Estas personas tienen una mayor dificultad para pedir ayuda o escapar, en caso de ser necesario, porque están atrapadas en el mismo espacio que sus abusadores.

El Dr. McCance-Katz explicó que un indicio de que el problema se está gestando es la letalidad de los intentos de suicidio reportados en las salas de emergencia. Las llamadas a la línea nacional de salud mental, aumentaron un 1.000% en abril con respecto al mismo mes del año pasado.

También cabe resaltar la situación de las personas quienes perdieron familiares a causa del COVID-19, u otras razones, durante la pandemia. Estas personas no pudieron darles a sus seres queridos una despedida adecuada, lo cual afecta directamente sus procesos de duelo y recuperación.

Algunas personas están superando la situación con una mentalidad más fuerte, pero otras simplemente se están quedando atascadas. Es entonces cuando nace la pregunta ¿Podremos sobrevivir a otro cierre total si vemos un aumento significativo de los casos?

Los investigadores del Instituto de Políticas de Salud Mental de Meadows, en Texas, construyeron modelos para proyectar el posible aumento de suicidios y sobredosis fatales de drogas mediante la correlación de las tasas de desempleo. Históricamente, cada punto porcentual de aumento en la tasa de desempleo también aumenta la tasa de suicidios en un 1,6%.

Así, si el desempleo aumenta al 20% y se mantiene alrededor de ese número durante un año, el modelo predice 40.000 muertes adicionales causadas por suicidios y sobredosis de drogas y otros 2 millones de drogadictos.

Una segunda cuarentena puede parecer una medida lógica desde una perspectiva de contención, pero sus consecuencias potenciales no pueden ser ignoradas.