Hemos hablado mucho de países que han manejado mal la crisis del Coronavirus. También hemos hablado de países del Lejano Oriente como Taiwán y Corea del Sur que han luchado eficazmente contra la pandemia.
Sin embargo, no se ha derramado mucha tinta discutiendo uno de los ejemplos más exitosos en Occidente: Alemania.
El país ha enfrentado con éxito el virus, dándole al manejo un enfoque regional despolitizado que ha buscado acuerdos significativos entre el sector público y el privado.
Asimismo, las autoridades alemanas comenzaron a hacer pruebas y a rastrear el virus desde el principio y a lo grande.
Esa es la principal razón por la que Alemania tiene casi 165.000 casos confirmados y sin embargo sólo 6.500 muertes.
¿Qué significa esto?
Pues, que han realizado pruebas generalizadas e identificado positivamente los casos asintomáticos, lo que les ha ayudado a aislar rápidamente a los posibles propagadores. Hasta hoy, Alemania ha hecho pruebas a más de dos millones de personas, lo cual es una de las mayores tasas de Europa y está presionando para llevarla a 4,5 millones.
Las estadísticas alemanas se traducen en alrededor de 80 muertes por millón de habitantes. En comparación, Italia tiene una tasa de mortalidad de 463 por millón, y los EE.UU. tienen una tasa de 191 por millón.
La peor parte ya ha pasado. A principios de abril, los nuevos casos diarios alcanzaron un pico de 6.000, que ha bajado a unos 1.400 por día.
Otra ventaja que tenía Alemania es que tenía un promedio mucho mayor de camas en la UCI por cada 100.000 habitantes que la mayoría de los países europeos. El número es de 34 por 100.000, que es el doble que el de Francia, y el triple que el del Reino Unido.
Esas son buenas noticias. Pero cuando los países empiezan a respirar después de que lo peor parece haber pasado, la preocupación ha cambiado: la economía.
Los alemanes adoptaron un enfoque mixto. Establecieron un cierre de cinco semanas de escuelas y tiendas (con excepciones) pero no pararon las fábricas e incluso algunas oficinas. Al igual que los Estados Unidos, Alemania es un país federal, lo que significa que las autoridades regionales tienen el poder de levantar los cierres. En lugar de crear una guerra política, el gobierno federal y los regionales han trabajado juntos para reducir el impacto económico de la crisis.
Un buen ejemplo es Baden-Württemberg, un estado del sur que alberga a Daimler y Porsche y a muchas otras empresas manufactureras, que son vitales para la economía regional y nacional.
Cuando comenzó la crisis, el gobierno regional estableció más de 150 clínicas especiales para el tratamiento de casos de coronavirus, lo que evitaría que el virus entrara en el sistema hospitalario principal. El estado aumentó el número de funcionarios que rastrearían el contacto de cada individuo infectado por seis y estableció alianzas con empresas privadas como Porsche para ayudar al gobierno a comprar máscaras y equipos de protección en China para los profesionales de la salud y el público en general.
Empezaron a hacer pruebas de forma generalizada en grupos de riesgo como los ancianos y las personas con problemas cardíacos y trataron a las personas infectadas antes de que empezaran a mostrar síntomas graves.
¿El resultado? Una rápida disminución de las hospitalizaciones y una rápida regularización de la economía, ya que el estado nunca prohibió que las fábricas funcionaran.
El ejemplo alemán muestra tres cosas principales: primero, las medidas de distanciamiento social no son efectivas si no se unen a pruebas generalizadas. Segundo, la clave para combatir el coronavirus es mantener la política a un lado y tener una respuesta coordinada. Tercero, no se trata de tener un sistema de salud público o privado. Se trata de tener un sistema bien preparado.