Efectos adversos de la falta de liderazgo en el sector de la salud

El liderazgo tan hablado en organizaciones y empresas no solo pertenece a estos sectores, sino que en el sector de la salud sea pública o privada, también es requerido como una necesidad de primer orden.

Las personas dispuestas a liderar son necesarias. El sector salud requiere constante optimización en la atención, minimización de recursos y conexión de sectores, el médico o personal líder debe buscar unir equipos y estimular resultados.

Adicional a los desafíos comunes a los que se enfrenta un hospital y su personal médico, que ya por sí mismos implican la aplicación de todo su conocimiento en anatomía, fisiología, farmacología y patología, un médico necesita lidiar con su papel de autoridad en una entidad de salud.

Y, uno de los principales equívocos es creer que un líder, solo lo es, por mera vocación. Esto un mito, que, como tal, debemos borrar y transformar. Un líder, aunque sean CEO, empresario o emprendedor necesita entrenamiento, preparación y aprendizaje para lograr las estas tareas titánicas.

Y este tema de liderazgo en salud, ha pasado desapercibido por un tiempo. Sin duda, no ha recibido mucha importancia por la urgencia a la que normalmente este sector se enfrenta. Sin embargo, este tema puede ser una solución para problemas que exigen respuesta rápida.

Precisamente, por obviar e ignorar el tener una visión integral de lo que ocurre en el hospital, el médico no consigue presentar soluciones estratégicas que auxilien situaciones de sobrecarga de la asistencia o emergencias de escalas monumentales.

Mientras los sistemas de salud continúen sin favorecer liderazgos en sus sistemas, seguirá siendo el blanco de severas críticas como lo han hecho hasta ahora, sobre temas como, la demora en la atención, largos tiempos de espera y falta de recursos para obtener una atención de calidad.

Esta ausencia de actualizaciones en liderazgos ha provocado que el “líder antiguo” y su visión siga prevaleciendo en hospitales y clínicas. Estos están acostumbrados a un modelo centrado en la patología, en procedimientos y generalmente dependiente de costos elevados.

Como parte del personal del sector salud, debe buscarse deconstruir estos los paradigmas. Por no tener líderes capacitados, se han dejado oportunidades de crecimiento a un lado.

El personal médico ahora debe tener la capacidad de motivar a la alta administración y promocionar a que se comprometan en una gestión de calidad y excelencia.

El personal sanitario debe descubrirse líder, con disposición para nuevos desafíos y tener una conducta más osada, apostando en nuevas tecnologías, incentivando el progreso sabiendo el momento de arriesgar con prudencia y seguridad; sensibilidad para la toma de decisiones correctas, de forma ética y trasparente, entendiendo también que ni todas las relaciones dentro de un hospital se basan en protocolos, procesos y resultados y, finalmente, comprensión del hospital y de su cadena de funcionamiento general, superando el punto de vista individual.