Éxito profesional

En culturas capitalistas como la nuestra, el valor del dinero ocupa un lugar que, muchas veces, sobrepasa valores y principios. Desde jóvenes se inculca una suerte de veneración al trabajo y un hábito de producir constantemente a tal punto que el sentido mismo de la vida y nuestra propia identidad están condicionados por la carrera que estudiamos, el trabajo que tenemos y los bienes que adquirimos.

Si bien el éxito profesional debe ser un objetivo del ser humano para desarrollarse como individuo, no hay razón para que este deba ponerse por encima del bienestar personal. Es más, los profesionales que encuentran un equilibrio entre su vida privada y el trabajo son más productivos, creativos y, lo más importante, felices en ambos entornos. De lo contrario, las empresas verán consecuencias materializadas en altos niveles de ausentismo y rotación, así como bajo compromiso y desempeño.

La eficiencia como prioridad

Cada actividad laboral está pensada para realizarse en un tiempo establecido. Por lo tanto, quedarse más horas trabajando no necesariamente representa un mayor compromiso, pero sí un agotamiento excesivo que puede perjudicar las relaciones familiares y sociales.

La clave está en identificar posibles momentos de distracción que están ralentizando el desarrollo de las tareas asignadas. De esta forma, se ganarán minutos valiosos que podrán dedicarse al trabajo del día y así mejorar la eficiencia del mismo.

Las personas cercanas también deben estar en la agenda

Reunirse con familiares y amigos debería convertirse en un hábito. Generalmente, este tipo de actividades son el resultado del espacio libre que se encontró en medio de una agenda colmada de compromisos laborales.

Para lograr un equilibrio entre la vida profesional y personal es necesario programar el encuentro social previamente, con el fin de que la agenda laboral pueda organizarse alrededor de él y no viceversa. De esta manera, cada quien se obliga a cumplirlo para desconectarse y disfrutar de momentos de esparcimiento.

Planteamiento de objetivos individuales

Tanto el éxito personal como el profesional tienen caminos y formas para alcanzarlos. También es cierto que cada uno se construye a partir de un concepto individual, razón por la que no hay una única visión para ambos tipos de éxito.

Lo importante es ser coherente con las metas propuestas y trabajar, desde lo personal y lo laboral, para alcanzarlas. Para ello se requiere de una revisión de posibles actividades que están representando un desgaste innecesario de tiempo y energía, así se lograría un mayor enfoque en lo estrictamente útil para el cumplimiento de los objetivos.

El día a día trae consigo un estrés inevitable. Está en cada uno el saber lidiar con esto a través de un equilibrio que permita un desarrollo en el campo profesional sin verse obligado a sacrificar tiempo de calidad con las personas que nos rodean.

Marca personal y sus errores más comunes

“Las grandes compañías entienden la importancia de las marcas. Hoy, en la era de las personas, tú debes ser tu propia marca”, escribió Tom Peters, experto en gestión empresarial y escritor estadounidense, en 1997. Esta fue la primera vez que se empezó a hablar de personal branding o marca personal.

Anna Zarkada, profesora de Economía y Negocios de la Universidad de Atenas (Grecia), define la marca personal como “un concepto relacionado con las estrategias de marketing que una persona adopta con el fin de promocionar sus mejores características personales”. En pocas palabras, la marca personal es aquella percepción que deseamos que los demás tengan de nosotros.

Al igual que la marca de un producto o servicio, detrás de ella hay elementos, valores y atributos que permiten erigirla y ser percibida externamente según los objetivos que se pretenden alcanzar. De la misma forma debe trabajarse cuando se trata de la marca personal, pues no es algo que se produzca automáticamente.

No obstante, en su proceso de construcción es común la presencia de fallas y ligerezas que pueden traer consecuencias negativas para nuestro desarrollo profesional. La mínima incuria afectaría nuestras aspiraciones de conseguir mejores oportunidades laborales o, en el caso de los emprendedores, de ofrecer servicios como freelance.

Estos son algunos errores que debes evitar en la construcción de tu marca personal:

  • Falta de una estrategia: En marketing, la planeación es una etapa fundamental de todo proyecto. Con esto se procura reducir los márgenes de error y aleatoriedad. De la misma manera, una estrategia te permitirá establecer objetivos más claros y tácticas para alcanzarlos. Una matriz FODA personal es un ejercicio interesante y te ayudará a establecer tu situación actual e intenciones futuras.
  • Poca originalidad: El éxito en el mercado consiste en diferenciarse y aportar un valor agregado respecto a la competencia. Si intentas imitar cualidades de otros, carecerás de una identidad propia, lo que repercutirá en un posicionamiento fallido en el target que hayas definido.
  • Perfiles sin optimizar: Las redes sociales son el escenario que el público usará para crear una imagen de ti y de tu trabajo. Si estas lucen desactualizadas e incompletas, será difícil que el mensaje que intentas transmitir llegue con claridad, pues habrá confusiones y percepciones dispares. LinkedIn es un excelente medio para empezar a consolidar tu marca personal (lee el artículo Claves para optimizar tu perfil de LinkedIn en 2021).
  • Prescindir del networking: De poco sirve la consolidación de una marca personal si no tienes a quién comunicarla o con quiénes compartirla. Una correcta gestión del personal branding se basa en la creación de alianzas, a través de medios en línea y presenciales, con personas que comparten tu industria y campos de acción.
  • Impaciencia por resultados inmediatos: Como el posicionamiento de una marca comercial, esto se trata de un proceso que solo se materializará exitosamente a través de un trabajo constante. Por lo tanto, requiere de compromiso y regularidad para que veas resultados satisfactorios a mediano y largo plazo.

Estrés laboral en tiempos de pandemia

El estrés laboral ha sido una problemática casi silenciosa desde hace mucho tiempo, ya sea porque quien la padece no logra identificarla plenamente y no habla al respecto o porque, si es expuesta, no se toma con la seriedad que esta enfermedad amerita.

La pandemia del covid-19, entre otras cosas, contribuyó a que el estrés laboral se manifestara de una forma más evidente y generalizada, ganando una atención de la que siempre debió gozar.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), un empleado sometido a circunstancias de estrés y ansiedad puede presentar dificultades para pensar con lógica y afectarlo en la toma de decisiones. Por ende, es alguien que no disfruta de su trabajo y siente un exiguo interés por hacer las cosas bien.

A estos comportamientos se suman los siguientes:

  • Sentimientos de temor, enojo, preocupación, tristeza y frustración
  • Cambios bruscos de apetito y en los niveles de energía
  • Fatiga constante
  • Dificultad para concentrarse y conciliar el sueño
  • Problemas físicos como dolores de cabeza, cuello y espalda
  • Trastornos digestivos y cutáneos
  • Aumento de la tensión arterial
  • Inicio o incremento en el consumo de sustancias como alcohol, cigarrillo y fármacos

Alternativas saludables

Como toda enfermedad, mental o física, el primer paso para superarla radica en una detección temprana. He ahí la importancia de identificar los síntomas lo más pronto posible y evitar una normalización de los mismos.

A lo anterior hay que aunarle hábitos que contribuyan a sobrellevar el estrés laboral de la mejor manera.

Estas son algunas prácticas que vale la pena incorporar en nuestras actividades diarias:

  • Incluye descansos dentro de la rutina laboral. Esto involucra también un alejamiento temporal de dispositivos electrónicos (computador, televisor y celular). Las redes sociales son una de las principales fuentes de entretenimiento; sin embargo, en tiempos de pandemia, la excesiva información al respecto puede generar episodios de angustia y estrés. Los libros son una excelente alternativa para desconectarse un poco de la realidad de manera sana.
  • Respeta los horarios establecidos para cada tarea. Esto incluye alimentación y pausas activas. La eficiencia y productividad se miden en cumplimiento de metas, mas no en horas trabajadas.
  • Realiza actividad física. El ejercicio ayuda a liberar neurotransmisores que producen placer y relajación, ambos necesarios para que el cuerpo recupere energías perdidas por una situación de estrés. Una respiración adecuada ayudará a conseguir este propósito y a mejorar la calidad del sueño.
  • En el teletrabajo también hay estrés laboral. Por lo tanto, procura planificar y organizar los recursos que necesitas para tus actividades del día. Desde elegir el lugar con mejor iluminación y una silla cómoda hasta la zona con mejor recepción de señal de internet.
  • Mantente en contacto con otras personas. El aislamiento restrictivo ha sido una de las principales causas de estrés durante la pandemia. El estar en constante comunicación con seres queridos y compañeros de trabajo es un catalizador necesario para compartir emociones e inquietudes de manera regular. Posiblemente, ellos se sentirán identificados y podrán aconsejarte sobre cómo lidiar de la mejor forma con una determinada situación.

Los atributos básicos de un estratega

Si bien el talento natural es un componente importante en la definición personal del ser humano, también es cierto que este, muchas veces, es preponderado a tal punto que, socialmente, desdeña los conocimientos y habilidades adquiridos a través de la disciplina. Es así como las capacidades natas representan un exiguo porcentaje versus aquellas que son producto de un aprendizaje constante.

El pensamiento estratégico, como lo define Olga Román Muñoz, docente e investigadora de la Universidad de San Buenaventura (Colombia), “proporciona la mejor solución posible a partir de una combinación realista de análisis racional y de integración imaginativa”, hace parte de las destrezas que pueden apropiarse desde el talento adquirido.

De esta forma se reafirma la premisa de que el estratega se hace, mas no nace. Al igual que un líder, una persona determinada a despertar o reforzar su cualidad estratégica está en la capacidad de lograrlo por medio de la formación académica, el entrenamiento y la experiencia. Incluso, alguien consciente de ello tiene un mayor margen de crecimiento profesional, pues siempre estará ávido de adquirir nuevas habilidades continuamente.

¿Qué conocimientos y aptitudes debe tener un estratega?

La estrategia consiste en encontrar el mejor camino para alcanzar un objetivo. En los negocios, como en la vida, hay múltiples opciones que plantearán escenarios distintos según las decisiones que se tomen.

La capacidad analítica es un aspecto fundamental del pensamiento estratégico, y se erige gracias a una actitud de escucha y de recepción de visiones externas sobre un mismo punto. Un buen estratega compara, sabe leer la información y prevé posibles resultados.

En palabras de Olga Román, “el pensamiento estratégico exige romper el limitado campo visual que se maneja ordinariamente para adentrarse en el uso diario de la imaginación, la creatividad y la intuición, pero también para entrenarse en los procesos lógicos de pensamiento”.

Una gran mayoría podría coincidir en que la curiosidad es el común denominador de los grandes científicos, filósofos y empresarios de la historia. El cuestionarse el porqué de las cosas bien pudo ser el punto de partida para interesarse por la investigación y hallar respuestas. Asimismo, la creación de estrategias requiere de un trabajo investigativo con el propósito de tomar decisiones inteligentes, lejos de impulsos y apasionamientos.

Michael E. Porter definió la estrategia como la creación de una posición única y valiosa en el mercado. La materialización de dicho concepto es imposible de lograr sin un alto poder de observación. Un estratega observa todo a su alrededor, especialmente, a la competencia. Si no la conoce, nunca sabrá cómo diferenciarse.

Finalmente, de poco sirven las buenas ideas si no se sabe cómo transmitirlas. La comunicación es una habilidad que caracteriza a las personas con alto sentido de liderazgo. Por lo tanto, un verdadero estratega procura un aprendizaje continuo en este campo con el fin de fortalecer la confianza, las relaciones y el desempeño de su equipo de trabajo.

Emprendimiento: errores y aciertos

El emprendimiento es una opción que, tarde o temprano, merodea la cabeza de aquellos que desean alcanzar una independencia financiera o que, simplemente, han querido materializar una idea ingeniosa y potencialmente redituable, pero aún no se han atrevido a hacerlo.

En tiempos de pandemia, la oportunidad de emprender ha trascendido las situaciones anteriores y se ha convertido en un recurso crucial para sobrevivir a una de las crisis económicas más fuertes de los últimos años.

Sin embargo, el deseo no siempre es suficiente para que las cosas resulten como uno las espera. El ímpetu inicial puede llevar a que se pasen por alto aspectos necesarios en el momento de acometer un negocio, trayendo consigo perjuicios, no solamente financieros, sino también sicológicos.

Por estos motivos, cabe mencionar los cinco errores más comunes que comete el emprendedor novato:

  1. Empezar sin un plan: Toda idea, por ingeniosa que parezca, requiere de una hoja de ruta para ser ejecutada. Sin un plan de negocios sólido y preestablecido se dificultará la toma decisiones, ya sea para lograr un crecimiento gradual o para sortear obstáculos que se presenten en el camino.
  2. Carecer de roles definidos: Así la idea haya sido concebida de forma individual, la materialización de la misma depende de un trabajo en equipo. Por lo tanto, cada miembro que tenga una participación en el emprendimiento debe tener claras sus responsabilidades y las cualidades necesarias para desempeñar su rol, algo que, generalmente, se adquieren mediante formación académica.
  3. Enamorarse demasiado de la idea: El fin de todo negocio es producir utilidades. Por lo tanto, un apasionamiento excesivo por la idea puede llevar al emprendedor a ignorar consejos útiles y soslayar errores.
  4. Subestimar la investigación de mercados: Tal vez sea la falla más común entre los emprendedores. Un desconocimiento del mercado no permitirá definir un target específico y, asimismo, no se sabrá si el producto o servicio que se ofrece realmente les aporta un valor a los clientes.
  5. Desconocer las obligaciones legales: Las consideraciones legales son un conocimiento que se debe adquirir desde el inicio, pues, de lo contrario, habrá sorpresas desagradables en medio de todo el proceso.

Si bien es importante tener en cuenta los errores anteriores, también es necesario ser conscientes de los aciertos que caracterizan a los emprendedores exitosos:

  1. Identificar las habilidades: Un negocio demanda dinero, tiempo, conocimientos y esfuerzo. Si el emprendedor no tiene las cualidades o no está dispuesto a desarrollarlas (lee el artículo Las competencias definitivas del administrador de empresas https://landing.atlantisuniversity.edu/las-competencias-definitivas-del-administrador-de-empresas/), debe replantearse la intención de formar una empresa.
  2. Probar la idea: Esta puede lucir muy bien en la mente, pero no garantiza que pueda convertirse en algo exitoso. ¿La gente quiere o necesita el producto o servicio? ¿Es rentable?
  3. Definir un presupuesto: No todos los emprendimientos empiezan con una cantidad ingente de dinero. Sin embargo, lo más recomendable es determinar, desde el principio, con cuánto presupuesto se cuenta y el origen del mismo.
  4. Saber e invertir en marketing: Si bien el emprendimiento es un proceso de aprendizaje continuo, conocimientos en marketing offline y marketing digital (enlace a https://es.atlantisuniversity.edu/schoolofbusiness/mba-in-digital-marketing/) serán fundamentales para que el negocio tenga mayores probabilidades de éxito.
  5. Acostumbrarse a la incertidumbre: Esto no debe ser sinónimo de angustia constante, sino de una actitud de alerta frente a la competencia, las circunstancias del mercado y los factores externos que puedan influir en el funcionamiento normal del negocio.    

¿Qué debes tener en cuenta para elegir una universidad?

Sin lugar a dudas, la elección de una carrera universitaria es uno de los momentos más determinantes de la vida. De esta decisión dependerán muchos factores que forjarán el futuro de un estudiante: su desarrollo profesional, las oportunidades laborales que el mercado ofrecerá según su campo de desempeño y las necesidades del mismo, el tipo de formación que tendrá y las habilidades que potencializará por medio de la capacitación académica.

En momentos de incertidumbre este proceso se hace aún más importante, pues actualmente entran en juego variables que antes no eran tenidas en cuenta o, simplemente, no representaban una prioridad.

Sin embargo, el trabajo de evaluar opciones profesionales no finaliza con la carrera que decidiste para tu vida. La escogencia de dónde estudiarla es igualmente importante y no debe tomarse a la ligera, ya que también requiere de una investigación circunspecta hasta encontrar la que mejor se adapte a tus posibilidades y necesidades.

Estos son algunos criterios que te serán de utilidad en el momento de seleccionar la mejor institución para ti:

  • Excelencia académica: Ajeno a cualquier circunstancia, este es un factor innegociable cuando se trata de formación profesional. Si bien hay variables que pueden ponerse en consideración, la calidad académica es un aspecto imprescindible cuando eliges una universidad. Esta puede evidenciarse en el nivel general de docentes y egresados.
  • Costos: La educación es un servicio, en su mayoría privado, y como tal se rige bajo las leyes del mercado. Por lo tanto, un análisis meticuloso de precios y gastos, según la carrera elegida, permitirá reducir el universo de posibilidades y depurar las opciones asequibles.
  • Modalidades de estudio: La pandemia ocasionada por el covid-19 aceleró una revolución educativa que se venía desarrollando en los últimos años (lee el artículo Cambios en los paradigmas educativos). Por esta razón, las modalidades de estudios que ofrezca una universidad es ahora un criterio importante para tener en cuenta en el proceso de elección de la misma.
  • Proyección de crecimiento profesional: La adquisición de conocimientos es un ejercicio perenne. Una institución educativa que te brinde posibilidades de crecimiento académico a través de programas de posgrado es una excelente opción para seguir formándote continuamente.
  • Requisitos de admisión: Aunque parece un detalle menor, el soslayar este aspecto puede ser un óbice para tus aspiraciones de ingreso a una universidad. Lo más recomendable es cerciorarse de los requisitos de admisión según la carrera que deseas estudiar, con el fin de que te puedas preparar de la mejor manera para eventuales entrevistas y pruebas.

Aunque escoger una universidad requiere de un trabajo detallado de consulta, no tiene por qué convertirse en una tarea angustiante. La decisión principal debe ser el producto de los intereses y habilidades del estudiante con el único propósito de visualizar su futuro profesional.

Piensa como tu cliente, no por él

Corría el año 2004 y una de las marcas mejor posicionadas en el mercado de juguetes acumulaba un 40 % en la disminución de sus ventas. La compañía era LEGO System A/S, mejor conocida como LEGO. Fundada en 1932 por Ole Kirk Kristiansen, en Billund (Dinamarca), esta no atravesaba sus mejores días en la primera parte del siglo XXI.

La frenética revolución de los videojuegos le había pasado factura a la empresa danesa, tal como lo había hecho a principios de la década de los ochenta con la primera oleada del entretenimiento electrónico.

Aunque la industria había cambiado el escenario para siempre, también es cierto que la misma LEGO llevaba varios años concentrándose más en expandir su imperio a través de parques temáticos, revistas, ropa infantil, etc., que en la razón de ser de la compañía: los bloques de construcción.

Estudios contratados por la marca arrojaban pronósticos desalentadores, pues visualizaban que toda una generación de nativos digitales no estaría interesada en dedicar tiempo y esfuerzo en tareas dispendiosas como construir figuras desde cero y manualmente. La conclusión inicial era contundente: la gratificación instantánea era una de las principales características de esta generación.

Lejos de resignarse, LEGO retomó las bases que la habían hecho grande y tomó decisiones para enderezar el camino; vendió sus parques temáticos y adquirió licencias de franquicias exitosas como Harry Potter y Star Wars. Asimismo, recortó su oferta de productos para concentrarse nuevamente en los bloques de construcción, el corazón de la marca.

 Las claves del cambio

Los ejecutivos de LEGO desafiaron los resultados de los estudios iniciales y se dispusieron a hacer un trabajo de campo mucho más personal. Así fue como viajaron hasta Alemania para entrevistar y observar a un niño de 11 años, gran aficionado de los productos de la compañía escandinava.

El niño alemán también era un practicante activo del skateboarding, y enseñaba con orgullo los zapatos desgastados que usaba para subirse a la patineta. Precisamente, cada aspecto deteriorado del calzado representaba una evidencia tangible del esfuerzo realizado para ejecutar cada truco.

Este simple dato anecdótico significó toda una epifanía para LEGO. La gratificación instantánea, de pronto, no era la característica que definía a toda una generación. Tal vez, los nativos digitales también buscan retos y desafíos, y la superación de estos son motivo de orgullo dentro de su círculo social.

La compañía apostó por dicha mirada y trabajó en el rediseño de los bloques; redujo su tamaño y agregó más piezas a cada modelo. Es decir, la labor de construcción de figuras era el producto de una dedicación significativa.

En 2014, aprovechando el éxito en taquilla de La LEGO película, la marca danesa aumentó sus ventas en un 11 % y sobrepasó los 2 000 millones de dólares.

Para conocer las necesidades del cliente hay que escucharlo, pues asumirlas desde una posición personal puede llevar a decisiones erróneas y costosas tanto en dinero, como en tiempo.

*Caso tomado del libro Small data, de Martin Lindstrom.

Cambio de profesión: una decisión válida

Elegir una profesión no es algo que deba tomarse a la ligera. Sin embargo, en la mayoría de los países, esta decisión se presenta cuando aún somos muy jóvenes. Después de todo, no es nada fácil para un adolescente, en medio de las incertidumbres y cambios característicos de esta etapa, determinar a lo que se va a dedicar el resto de su vida.

Ante la presión del tiempo (a veces también familiar) es común que después haya arrepentimientos al respecto, incluso cuando ya se lleva trabajando varios años en la carrera escogida.

Es así como el empleo, independientemente de la empresa, se convierte en un desasosiego diario, aunado a un sentimiento de estancamiento y desvalorización que no cambian a pesar de alcanzar metas laborales.

Para identificar si realmente se requiere de un cambio profesional en nuestra vida es necesario un ejercicio circunspecto de reflexión para que, efectivamente, no se trate de una reacción pasajera. La ventaja de esta suerte de epifanía es que, a diferencia de la primera vez que se decidió por una carrera, en el nuevo escenario se ha alcanzado una madurez y experiencia fundamentales para tomar decisiones con mayor criterio.

¿Cómo elegir una nueva profesión?  

Si se ha llegado a este punto, el trabajo de análisis y reflexión previos aún no terminan, pues la decisión dependerá de factores que tal vez no se tuvieron en cuenta la primera vez que escogiste una carrera:

  • No es solo lo que quieres hacer, sino lo que no quieres hacer. Pretender hacer un cambio para terminar haciendo las mismas tareas o similares no tiene sentido. Acá la experiencia desempeña un rol importante, pues te ayudará a determinar cuáles son esas cosas que no deseas repetir. Una vez depurada esta lista será más sencillo establecer cuáles son aquellas que sí te entusiasma hacer.
  • Analiza el “nuevo” mercado. La pandemia del covid-19 ha provocado una revolución tecnológica, económica y social impensada hace algunos años. Es evidente que el mercado no es el mismo de cuando elegimos nuestra profesión la primera vez. Por lo tanto, es imperativo informarse acerca de nuevas carreras (enlace a https://es.atlantisuniversity.edu/) que han surgido y que pueden acoplarse a tus intereses. Es probable que haya un nombre para el campo en el que te quieres desempeñar, pero aún no sabes que existe.
  • Como siempre, planifica. Establecer un plan es un ejercicio obligatorio en todos los aspectos de la vida. Sin él será muy difícil sobrevivir al cambio que quieres realizar. Analiza las ventajas y desventajas de la decisión que estás tomando y las acciones necesarias para que dicha transición sea lo menos traumática posible, teniendo en cuenta aspectos como obligaciones financieras, plazos de cumplimiento y personas a cargo.
  • Aterriza tus expectativas. La vida es un desafío constante. Así se trate de una tarea que te apasione, la rutina diaria siempre presentará retos que exigirán esfuerzo y trabajo para que el éxito se materialice en la nueva etapa que deseas iniciar.    

Las competencias definitivas del administrador de empresas

En tiempos de incertidumbre y cuitas, algunas profesiones han salido, no solo avantes, sino fortalecidas y con mejores posibilidades de proyección laboral que antes. Sin embargo, los factores externos no son suficientes para materializar oportunidades en éxitos concretos.

Tal es el caso de la administración de empresas, una carrera que se caracteriza por su amplio campo de acción y la posibilidad que le brinda al egresado de seguir formándose académicamente en diferentes ámbitos.

Según PayScale, empresa de software y datos norteamericana, el salario anual de un administrador de empresas en los Estados Unidos promedia los $55.000 dólares. Aquellos que ocupan cargos de analistas financieros, con un rango de experiencia entre cinco y nueve años, pueden alcanzar los $67.000 dólares al año.

Las cifras para los administradores de empresas son aún más alentadoras si se toman en cuenta las publicadas por la Oficina del Censo de los Estados Unidos, que muestran cómo en el tercer trimestre de 2020 se rompió un récord en la creación de nuevas compañías. El número de empresas creadas tuvo un aumento de 77.4 % entre julio y septiembre respecto al trimestre comprendido entre abril y junio del mismo año.

Retomando la premisa mencionada en el inicio de este artículo, el desarrollo de habilidades permitirá un mejor aprovechamiento de las oportunidades que el mercado ofrece. Para ello también es necesario conocer las competencias imprescindibles en un administrador de empresas:

 

  • Capacidad de resolución de problemas: Ante las múltiples obligaciones de un administrador de empresas, el profesional debe ser consciente de que enfrentará todo tipo de óbices en los proyectos que tenga bajo su responsabilidad. El estoicismo e inteligencia serán competencias fundamentales para superarlos sin traumatismos.
  • Liderazgo: Pablo Ruiz Palomino, docente asociado de la Universidad de Castilla-La Mancha (España), señala que el liderazgo “consiste en influir y dirigir a los demás para que estén motivados y prestos a hacer lo que se les pide”. Esta competencia permite un correcto manejo de grupo y, sobre todo, potencia las fortalezas laborales de cada uno de sus miembros.
  • Pensamiento estratégico: El administrador de empresas debe tener la habilidad de organizar, planear y tomar decisiones con el fin de alcanzar las metas propuestas. Asimismo, una capacidad analítica será importante para visualizar las causas y consecuencias de esas decisiones a corto, mediano y largo plazo.
  • Capacidad de negociación: Las finanzas de una empresa es una de las grandes responsabilidades de un administrador. Gran parte de su desempeño será evaluado según los resultados financieros que enseñe durante su gestión. Por esta razón, una habilidad negociadora será clave para diferenciarse en el mercado laboral.

Las anteriores cualidades deben complementarse con las habilidades blandas o soft skills que caracterizan al profesional idóneo actual (lee el artículo Soft skills: el nuevo activo de las organizaciones aquí)

Quienes se comprometen con el desarrollo de las competencias necesarias para destacarse en el campo de la administración de empresas son aquellos que ven la academia como el escenario más acertado para el cumplimiento de sus metas personales y profesionales.

Claves para optimizar tu perfil de LinkedIn en 2021

El 5 de mayo de 2003 el mundo de las redes sociales conoció a un nuevo integrante, LinkedIn. Creada por Reid Hoffman, Allen Blue, Konstantin Guericke, Eric Ly y Jean-Luc Vaillant, con el propósito inicial de contactar a profesionales entre sí y con empresas, LinkedIn ha expandido sus funciones acorde con las necesidades y oportunidades que los mismos usuarios han encontrado a lo largo de estos 17 años.

Su vertiginosa evolución ha ido de la mano con las iniciativas propias que Microsoft ha implementado en la red social desde su compra en 2016 por $26 millones de dólares. Con 575 millones de usuarios, LinkedIn es la mayor red profesional del planeta; razón suficiente para aprovechar los beneficios que esta ofrece en la búsqueda de nuevas opciones laborales, promoción de servicios profesionales o simplemente en la construcción y fortalecimiento de la marca personal.

Sin embargo, las herramientas que ofrece una red social solo tendrán sentido según el  provecho que el usuario extraiga de ellas. En el caso de LinkedIn, estas son algunas recomendaciones para conseguir un perfil optimizado:

  • Elige la foto indicada para el perfil: La foto de perfil en LinkedIn es la tarjeta de presentación. Aunque no se trata de otorgarle una preponderancia al aspecto físico, la fotografía es lo primero que los contactos y las empresas ven del perfil. Por lo tanto, es importante mantener esta imagen actualizada, con un fondo neutro, iluminada, nítida y vistiendo lo que te pondrías en un espacio laboral. Jane Fleming, mánager digital de LinkedIn, hace una recomendación contundente: “Sonríe con los ojos”.
  • Deja que la cabecera hable por ti: La cabecera es la oportunidad que tiene el usuario de hacer una descripción propia, convincente y atractiva. Si solo aparece información general, se estaría desaprovechando la opción de incluir datos que los demás podrían considerar interesantes y llamativos. Jane Fleming sugiere escribir un poco sobre cómo ves tu profesión, qué te apasiona de la misma y qué te hace diferente de los demás.
  • Completa todos los datos de tu experiencia profesional: El primer paso para establecer una diferencia es ir más allá de lo que hace la mayoría. Una buena forma de innovar en este ítem es manifestar por qué tus habilidades y conocimientos son relevantes en tus campos de acción, así como el valor agregado que dichos aspectos ofrecerían en una organización o servicio. Los expertos en marca personal comparan este ejercicio con el que se hace en marketing de contenidos.
  • Amplía regularmente tu red de contactos: LinkedIn es, ante todo, una red social, y como tal funciona de igual manera que las demás. Sus beneficios serán visibles en la medida en que busques y agregues personas con las que compartas experiencias, afinidades e intereses profesionales.
  • No abandones tu perfil: En lo que respecta a visibilidad, LinkedIn prioriza los perfiles que se mantienen activos. Una constante actualización del perfil, publicación de contenido interesante e interacción con tus contactos te dará más posibilidades de alcanzar los objetivos que te hayas propuesto.