El número de casos confirmados de COVID-19 en los EE.UU. es el más alto del mundo. Eso significa que los proveedores de atención médica están trabajando al tope de su capacidad.
Los médicos y enfermeras cuentan con equipos limitados, los protocolos de seguridad parecen insuficientes y trabajan larguísimas jornadas bajo niveles de estrés sin precedentes.
El epicentro de la crisis en los EE.UU. es Nueva York, los hospitales del área están comenzando a enfrentar serios problemas de falta de personal y, aunque no hay estadísticas oficiales debido a la información que varía diariamente, muchos médicos han dado positivo para el virus.
¿Significa eso que cuando la crisis alcance su punto más alto, el país verá una escasez de personal médico? No hay una única respuesta a esta pregunta.
Podría ser que sí. Los médicos y enfermeros están más expuestos al virus, por lo que constituyen una población vulnerable al contagio, y debido a que la exposición es constante, sus casos pueden ser complicados. En España, el 14% de los casos oficiales de coronavirus eran de personal médico, y en Italia, el porcentaje era de casi el 10%.
EE.UU. pareciera ir por el mismo camino. En Boston, más de 100 profesionales de la salud han dado positivo, en tres días, en tres hospitales diferentes.
Sin embargo, el país norteamericano ha contemplado una serie de medidas para aumentar la cantidad de personal médico disponible para enfrentar la pandemia. La estrategia propone permitir temporalmente que cualquier persona que se haya graduado de la escuela de medicina trabaje como médico, incluso si no han cumplido con el requisito de residencia que exige la junta médica de los Estados Unidos para obtener la licencia de medicina. Eso incluiría automáticamente alrededor de 4.000 profesionales al sistema.
Tales individuos podrían trabajar como médicos asistentes a cargo de realizar algunos procedimientos, ordenar medicamentos y ayudar en los tratamientos. Eso ayudaría a estados como Washington, Nueva York y Massachusetts a ser capaces de lidiar con la crisis de una mejor manera.
Treinta estados ya han flexibilizado los requisitos para permitir a más médicos y enfermeras ingresar al sistema laboral durante la crisis. Asimismo, más de 25 estados permitieron que los profesionales médicos retirados volvieran a ejercer rápidamente. Medidas como esta llevaron a que Nueva York contara con más de 10.000 voluntarios en un solo día, dispuestos enfrentar la crisis. Hasta el momento, 62.500 médicos y enfermeros han sido habilitados para hacer frente a la situación generada por la pandemia.
En conclusión, la estrategia para evitar que el sistema de salud se desborde se divide en dos: Evitar que los que los trabajadores de la salud se enfermen y relajar temporalmente las regulaciones para aumentar el número de médicos disponibles. Será necesario darle tiempo a la implementación de estas medidas para comprobar su efectividad.