En tiempos de incertidumbre y cuitas, algunas profesiones han salido, no solo avantes, sino fortalecidas y con mejores posibilidades de proyección laboral que antes. Sin embargo, los factores externos no son suficientes para materializar oportunidades en éxitos concretos.
Tal es el caso de la administración de empresas, una carrera que se caracteriza por su amplio campo de acción y la posibilidad que le brinda al egresado de seguir formándose académicamente en diferentes ámbitos.
Según PayScale, empresa de software y datos norteamericana, el salario anual de un administrador de empresas en los Estados Unidos promedia los $55.000 dólares. Aquellos que ocupan cargos de analistas financieros, con un rango de experiencia entre cinco y nueve años, pueden alcanzar los $67.000 dólares al año.
Las cifras para los administradores de empresas son aún más alentadoras si se toman en cuenta las publicadas por la Oficina del Censo de los Estados Unidos, que muestran cómo en el tercer trimestre de 2020 se rompió un récord en la creación de nuevas compañías. El número de empresas creadas tuvo un aumento de 77.4 % entre julio y septiembre respecto al trimestre comprendido entre abril y junio del mismo año.
Retomando la premisa mencionada en el inicio de este artículo, el desarrollo de habilidades permitirá un mejor aprovechamiento de las oportunidades que el mercado ofrece. Para ello también es necesario conocer las competencias imprescindibles en un administrador de empresas:
- Capacidad de resolución de problemas: Ante las múltiples obligaciones de un administrador de empresas, el profesional debe ser consciente de que enfrentará todo tipo de óbices en los proyectos que tenga bajo su responsabilidad. El estoicismo e inteligencia serán competencias fundamentales para superarlos sin traumatismos.
- Liderazgo: Pablo Ruiz Palomino, docente asociado de la Universidad de Castilla-La Mancha (España), señala que el liderazgo “consiste en influir y dirigir a los demás para que estén motivados y prestos a hacer lo que se les pide”. Esta competencia permite un correcto manejo de grupo y, sobre todo, potencia las fortalezas laborales de cada uno de sus miembros.
- Pensamiento estratégico: El administrador de empresas debe tener la habilidad de organizar, planear y tomar decisiones con el fin de alcanzar las metas propuestas. Asimismo, una capacidad analítica será importante para visualizar las causas y consecuencias de esas decisiones a corto, mediano y largo plazo.
- Capacidad de negociación: Las finanzas de una empresa es una de las grandes responsabilidades de un administrador. Gran parte de su desempeño será evaluado según los resultados financieros que enseñe durante su gestión. Por esta razón, una habilidad negociadora será clave para diferenciarse en el mercado laboral.
Las anteriores cualidades deben complementarse con las habilidades blandas o soft skills que caracterizan al profesional idóneo actual (lee el artículo Soft skills: el nuevo activo de las organizaciones aquí)
Quienes se comprometen con el desarrollo de las competencias necesarias para destacarse en el campo de la administración de empresas son aquellos que ven la academia como el escenario más acertado para el cumplimiento de sus metas personales y profesionales.