En el entorno empresarial actual, la brecha entre la relevancia y la obsolescencia tiene el potencial de crecer cada día más y de manera más acelerada. Si las empresas quieren seguir siendo relevantes y mantenerse vigentes, deberán adaptarse al cambio con la misma velocidad que se está presentando.
Las compañías que adaptan con éxito normalmente se vuelven menos densas y tienen menos factores de decisión en algunos de sus procesos. A continuación presentamos seis formas en que las empresas se pueden adaptar con éxito al cambio:
- Dar la bienvenida al fracaso
Aceptar el fracaso es renunciar al progreso, rendirse, renunciar. Sin embargo, acoger el fracaso es reconocer el estado temporal que existe y verlo como un paso hacia un mayor aprendizaje. Utiliza estas preguntas para ver si el fracaso es bienvenido en tu organización:
¿Aceptan nuevas ideas?
¿El concepto de crecimiento o cambio da energía?
¿Existen incentivos para probar nuevos productos o servicios?
- Retroalimentación
Sin una comunicación que asegure que estás en la trayectoria correcta, la (mala) percepción del tiempo y el espacio pueden crear la ilusión de seguridad. Escuchar a los empleados y al cliente siempre debe estar al tope de tu agenda.
- Integrar el aprendizaje
Si vendes manzanas en un mercado orientado a las naranjas, no importa lo efectivo o lo rápido de tu estrategia porque nadie querrá comprar. Por eso es tan importante trabajar de forma inteligente. La única manera en que las organizaciones se vuelvan más inteligentes es reflexionando tanto sobre los fracasos como sobre los éxitos y compartiendo los conocimientos con los empleados. De esta manera, los empleados de primera línea tienen el contexto que necesitan los líderes superiores para tomar decisiones correctas.
- Foco en el proceso
Es fácil ceder a la presión de ganar y las consecuencias de perder. Sin embargo, las organizaciones que se centran en el proceso de lograr su objetivo no dejan que éste los defina; definen su objetivo por el proceso que emplean.
- Promover la rendición de cuentas
Es fácil atribuir el éxito al trabajo duro y el fracaso a la mala suerte, pero las organizaciones adaptables fomentan una cultura de responsabilidad. Reconocen que cuando los empleados no confían en los demás para cumplir sus tareas de trabajo, la moral se hunde y comienza el juego de la culpa. La responsabilidad debe ser construida con una perspectiva de sistema, es así como los empleados entienden de la mejor manera, cómo las decisiones que toman impactan no sólo en su unidad de negocio sino también en los demás procesos de la organización.
- Desprecian el poder
Saber que se pueden obtener buenos resultados y que se puede progresar, y que esto no se debe únicamente al deseo o las capacidades de un individuo es muy importante, lo contrario se conoce como un handicap personal (y organizativo). Las organizaciones adaptables restringen esto al trazar el espacio de la toma de decisiones -los límites que definen el papel de cada uno y las responsabilidades de ese papel- y asegurar que los líderes tomen decisiones que les corresponden exclusivamente a ellos.