Los sectores público y privado, las autoridades de salud pública y las empresas de tecnología están trabajando para desarrollar aplicaciones de rastreo. Estas aplicaciones funcionan notificando a los usuarios si están cerca de una persona a la que se le ha diagnosticado COVID-19 o cerca de un lugar donde se encontraba esa persona.
Así que, básicamente, este tipo de aplicación funciona como un detective de salud pública. Cuando una persona obtiene un resultado positivo en una prueba de COVID-19, un funcionario le pregunta dónde ha estado y con quién ha estado en contacto. Esa información les permite rastrear a esas personas y lugares. Notifican la posible exposición y recomiendan la cuarentena y la limpieza profunda del lugar.
Pero imaginen las miles y miles de personas que han sido diagnosticadas. ¿Cuántas personas deben rastrear todos sus contactos y lugares? Aunque sea increíblemente complejo, dejar de lado el rastreo no es una opción sino la piedra angular para limitar la expansión de la pandemia.
Ciudades del mundo entero están contratando miles de rastreadores de contactos y trabajando con compañías tecnológicas para mejorar las aplicaciones de rastreo, sin embargo, pese a los grandes esfuerzos el Centro de Seguridad de Salud de Johns Hopkins estima que se necesitan aproximadamente 100.000 rastreadores de contacto, solo en los Estados Unidos.
IT al rescate
Aquí es donde los rastreadores de aplicaciones vienen a salvar la patria, con la ayuda de nuestra tecnología, Bluetooth, GPS y aplicaciones inteligentes.
El objetivo principal es que todos nuestros teléfonos rastreen automáticamente nuestro contacto con otro individuo, y la aplicación añade una función que nos indica si estamos en el lugar donde estuvo un paciente diagnosticado.
Aunque esta genial idea parece sencilla en un principio, es más compleja de lo que pensamos. Ya sea que se trate de desarrolladores de tecnología, instituciones de salud pública, médicos o el público en general, todos se preocupan por diferentes aspectos.
El primer gran problema es que los EE.UU. no tiene un sistema nacional de salud pública. Eso significa que cada estado puede elegir su propia aplicación de rastreo, así que veremos resultados variados entre las diferentes regiones.
Una de las grandes preocupaciones es la privacidad de los datos. La solución que algunos países y estados han encontrado es pedir el consentimiento de las personas, y esperar que cooperen. Otro de los aspectos que es necesario tener en cuenta es que al menos el 60% de la población necesita tener un teléfono inteligente para que este sistema funcione.
Si logramos vencer todos los anteriores obstáculos ¿cuán útil resultará realmente? Esa es la pregunta que hace el líder de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Tom Frieden.
Dos tipos de aplicaciones en desarrollo
Aplicaciones Bluetooth y servicios de localización, son los dos tipos de aplicaciones que están en desarrollo en estos momentos, cada una proporciona información diferente.
La primera utiliza el Bluetooth para emitir una corta cadena de números destinados a otros teléfonos y les permite saber que estás ahí. Cuando dos teléfonos están en cierta proximidad durante algunos minutos, esas fichas se intercambian. Por lo tanto, si alguien con quien compartiste una ficha da positivo en la prueba de COVID-19, recibirás una notificación de “Alguien cercano a ti dio positivo en la prueba de Covid-19”.
Google y Apple han estado trabajando juntos para que funcione entre los sistemas iPhone y Android.
Las aplicaciones de rastreo de ubicación funcionan de manera diferente. El GPS, junto con los datos del móvil, y el Wi-Fi, crean un rastro con fecha y hora de dónde has estado, lo que proporciona un mejor contexto de rastreo. En lugar de decirte que “estuviste cerca de alguien que dio positivo”, te dará más detalles sobre cuándo y dónde ocurrió.
Como ya lo mencionamos, la mayoría de estas aplicaciones de rastreo están siendo desarrolladas, esto significa que aún es difícil determinar cuál será su impacto, además, a pesar de que puedan ofrecer buenas experiencias y convertirse en aliadas en la lucha contra el Covid-19, todavía no están disponibles en el mercado y tendremos que esperar a que los expertos las pongan a nuestra disposición.