“Ningún ser humano puede ser tratado como
un medio, sino como un fin”. (Kant)
Con este pensamiento se establece el principio básico en ética natural para respetar a las personas durante las investigaciones, puesto que la investigación en seres humanos es una necesidad vital de la humanidad. Estos experimentos deben realizarse con el pleno e idóneo consentimiento del sujeto involucrado en la pesquisa. Para lograr esta idoneidad, son fundamentales dos condiciones: a) el sujeto debe tener una información completa, clara y adecuada a su inteligencia y cultura; b) poseer capacidad de decisión, es decir, decidir libremente. El consentimiento debe ser por escrito y el sujeto tiene el derecho de saber todas las razones acerca del experimento del que va a ser objeto de estudio.
Además, deben establecerse claramente los aspectos siguientes: los propósitos y objetivos del estudio, el tratamiento y las probabilidades de asignación aleatoria; todos los procedimientos a seguir, incluyendo los invasivos; tanto los riesgos como los beneficios esperados; todo lo concerniente con la indemnización y/o tratamientos disponibles en caso de daños relacionados con el ensayo y garantizar la confidencialidad de los datos del sujeto.
Para establecer una buena práctica clínica, se estableció la norma internacional de calidad científica y ética dirigida al diseño, realización, registro y redacción de informes de ensayos sobre la participación de sujetos humanos. Su cumplimiento asegura la protección de los derechos, seguridad y bienestar de los sujetos participantes en investigaciones.